ARTÍCULO PUBLICADO EN MARTES FINANCIERO
Michael K. Harman es el hombre que el grupo SABMiller eligió en 2006 para llevar a cabo la integración de la Cervecería Nacional (CN) al corporativo. El proceso era mucho más que nombrar a un gerente. A Harman le tocaría implementar nuevas formas de trabajo, analizar a sus consumidores y encontrar el modo de darles algo nuevo sin perder su principal atractivo: el sabor.En un año de gestión los resultados están a los ojos de todos: cambio de oficinas, nueva imagen para los productos y una campaña promocional que incluye la visita del equipo japonés de béisbol que ostenta el título de campeón del Clásico Mundial.
“Para nosotros Atlas es la cerveza para compartir grandes momentos con toda la nación, por eso elegimos unos juegos de béisbol a los que asistirán más de 4 mil personas en Herrera, 4 mil en David y alrededor de 24 mil en Panamá”.Aunque todo esto no es el trabajo de un solo hombre, la experiencia previa de Harman fue decisiva para el logro de los objetivos iniciales.El ejecutivo estadounidense lleva casi 10 años en el grupo cervecero y se ha encargado, entre otras cosas, de la integración de Miller Brewing Company y South African Breweries (SAB), en 2002.
Para Harman la estrategia de SABMiller en Panamá, ha sido la satisfacción de sus clientes, pues aunque consideraron que no era necesario hacer modificaciones en la fórmula, sí debían corregir otras partes del proceso de producción.Lo primero fue hacer sentir a los empleados que eran parte del cambio, hacer investigaciones para conocer a sus consumidores y realizar las inversiones necesarias.Luego de exhaustivos estudios de mercado, la cervecería estuvo lista para relanzar sus productos principales: Pepsi y las cervezas Atlas y Balboa.
“Estamos al principio de una fase más larga que nosotros definimos como ejecución”, afirma Harman, quien sin dar detalles anuncia que todavía tiene muchas cartas bajo la manga y que a las otras 16 marcas que maneja la cervecería las atenderán con la misma pasión.Con este enfoque la Cervecería contrató a 500 personas, que trabajaban de forma externa con la empresa.“Pensamos que el cuerpo de ventas y la gente de distribución, las personas que interactúan con nuestros clientes, deben ser parte de la compañía, porque queremos estar seguros de que recibirán entrenamiento y motivación constantes”.
Harman aclara que no se trata de internalizar todos los procesos de la empresa, sino aquellos que tienen relación directa con el consumidor.Sobre las inversiones que SABMiller ha hecho en la reestructuración, Harman se limita a decir que “estamos convencidos de que mejorando la imagen del producto, el tamaño y el mercadeo vamos a crecer más rápido que nuestros costos”.Del frío al calorAntes de llegar a Panamá, la vida de Michael K. Harman había transcurrido en un clima muy distinto al tropical, primero en su natal Estados Unidos y después, por más de 10 años, en Rusia.
En 1993, tan pronto como terminó su maestría en estudios internacionales en la Universidad de Pensilvania, se mudó a Rusia para trabajar con el grupo Barents ofreciendo asesoría financiera a las empresas emergentes de los países de Europa del Este. De Barents pasó al grupo agroindustrial ruso Cherkizovsky como director financiero y finalmente en 1999 a Transmark, una subsidiaria de SAB. Luego se ocupó de la integración entre SAB y Miller, y entre los años 2003 y 2006, de las operaciones de Kompania Piwowarska, la subsidiaria del grupo en Polonia.Acostumbrado a desenvolverse en distintos escenarios geográficos y culturales, Harman asegura que la adaptación a Panamá no fue traumática, pero reconoce las grandes diferencias.
“Cuando veo el calendario no puedo creer lo rápido que pasan los meses, simplemente porque el clima es el mismo todo el año. Estaba muy acostumbrado al frío y ahora estoy a 35 grados”, explica.Tal vez sea por eso que Harman ha tenido “ojo” para resaltar la cualidad de las cervezas panameñas como refrescantes.En cuanto al idioma, ha demostrado en las entrevistas que entiende muy bien el español y que lo habla “si es necesario”, pero reconoce que todavía no ha logrado la fluidez que sí tiene en ruso o polaco.
Aun así, Harman se muestra contento y sobre todo entusiasmado con los nuevos pasos que está dando la cervecería a su cargo, pues considera que todavía queda mucho espacio para crecer.“Más gente está viniendo a Panamá y creemos que estarán en busca de mejores marcas”. EXPERIENCIAPresidenteMichael K. Harman tiene una maestría en administración de empresas de Wharton School of Business y otra de estudios internacionales de la Universidad de Pensilvania.Luego de ocupar diversos cargos en compañías trasnacionales, en 1999 llegó a Transmark Moscú, una de las subsidiarias de SAB. En 2002 lideró la integración entre Miller Brewing Company y SAB.Entre 2003 y 2006 fue vicepresidente de Kompania Piwowarska, subsidiaria en Polonia del grupo cervecero.