viernes, 6 de noviembre de 2009

GARANTÍA KOSHER PONE SELLO EN PRODUCTOS LOCALES

Los productos certificados kosher están ampliando su presencia en el mercado y ganando cada vez más espacio en los anaqueles. No solo se trata de locales especializados que atienden a los consumidores judíos, sino que artículos masivos de marcas reconocidas han obtenido la supervisión respectiva.

Este año leches Nevada y La Chiricana, al igual que jugos Tutti Frutti de Cervecería Nacional han logrado ser kosher o “aptos”, y más recientemente, Varela Hermanos recibió la certificación para ron Abuelo Añejo, de 7 y 12 años.

El rabino Evan Herbsman, de la Union Of Orthodox Jewish Congregations of America, verificó los procedimientos de producción y certificó los estándares de calidad, explica María de Lourdes Villagra Cordero, de Varela Hermanos.

“Las auditorías de seguimiento, añade, se dan sin avisar, al azar y se realizan a través de la visita a nuestras plantas de producción. En estas auditorías se revisan y validan ingredientes y procesos implementados en la fabricación de los productos, así como también condiciones de almacenamiento y manejo”.

En uno de los supermercados más grandes dedicados a este tipo de productos, DeliKMarket, en Multicentro, se ordenan artículos importados pero también otros con sabor local y que incluye a fabricantes como La Italiana, Proluxa, Café Durán, Sitton, Nestlé Panamá, Gold Mills y galletas Pascual, entre otros.

Hay un despertar del interés a atender no solo a la clientela judía sino también a consumidores que buscan ingerir productos de mayor calidad y de salud, según Leonardo Amiel, gerente general del supermercado, establecimiento que tiene un año y medio de operaciones.

De proveedores de Estados Unidos e Israel provienen la mayoría de los productos, pero los locales están ganando espacio. “La comunidad judía es muy observante de estas normas y se necesitaba otra opción para productos kosher, pero estamos abiertos para toda la población panameña”, sostiene el ejecutivo.

“Muchas empresas locales, dice, están cambiando sus sistemas de producción para obtener la certificación kosher”. Es parte de una tendencia internacional; en particular, en Estados Unidos millones de personas no judías están demandando productos supervisados y el volumen de negocio alcanzó 12 mil 500 millones de dólares en 2008.

En cuanto a materia prima, los certificadores como First Kosher, que tiene su sede en México, se cuidan de que nada venga de grasas animales, lo cual reduce el colesterol. Los productos pasan por la aprobación del rabinato local que autorizan la venta. Un cambio en la tendencia se refiere a los precios, ya que los productos kosher siempre han estado ligado a consumidores con alto poder adquisitivo, pero hoy están en un terreno que buscan ser competitivos.

Es probable que muchos consumidores adquieran en su supermercado alimentos de comida kosher sin darse cuenta que cuentan con el sello reconocido con las letras UK , con la letra K encerrada en un círculo o una estrella de David, dependiendo de la certificadora.

Los estudios de mercado, apunta Amiel, revelan una tendencia positiva no solo por la dinámica del mercado local, sino por las proyecciones que marca el internacional en actividades como el Kosher Fest.

En los años recientes, la comunidad judía ha crecido por los inmigrantes de otros países que han llegado a Panamá, señala Lucy Schwartz, administradora de Pita Pan, una panadería con 17 años de operación en Centro Comercial Bal Harbour, Paitilla.

Como muestra del crecimiento de la demanda, la sinagoga Beth El Panama precisa en su página web que su comunidad ha crecido considerablemente y ha decidido construir un nuevo centro no solo por los judíos de origen panameño, sino que por muchos otros que han llegado en los últimos años, principalmente de Colombia, Argentina, Uruguay y Perú. Y también familias que vienen de Estados Unidos, Canadá y Venezuela.

En Paitilla también opera Shalom Kosher, Ricuras de Esther, Tasty Bakery, Super Kosher Schwartz explica que por reglamentación los derivados lácteos y carnes no se mezclan, y sus proveedores deben estar certificados. Por ejemplo, uno de sus principales es Quesos Chela de Capira.

“La harina que utilizamos se deber cernir o filtrar y estamos continuamente supervisados”, dice la administradora. Hay fabricantes de quesos, por ejemplo, que utilizan cuajos animales para producir el queso, cuando deben ser 100% lácteos. Compañías como Melo y Toledano venden líneas de productos que en su proceso debe participar un rabino, y para ello requieren de una certificación. Se consume carne vacuna y de pollo, pero para la fe judía está prohibido ingerir cerdo o sangre animal.